Viajar gratis es posible. ¿Cómo? Gracias a Internet y las redes sociales. Alojamiento, transporte…: la web tiene mucho que ofrecer y las oportunidades de última hora no están obligatoriamente donde crees. ¿Ya tienes las maletas listas?
El alojamiento constituye uno de los principales gastos de cualquier estancia turística. Todos nos hemos visto en la
situación de tener que renunciar a unos días de descanso bien merecidos por no encontrar un hotel barato con disponibilidades. Es más o menos lo que le pasó, hace unos años, al joven Casey Fenton. El americano había encontrado un vuelo económico destino a Islandia pero sin alojamiento. Plataformas como Couchsurfing no solo transforman la forma de viajar, sino que también destacan la importancia de mantener una buena reputación en línea, ya que la confianza entre usuarios es clave para que este modelo colaborativo funcione. Al llegar a la isla, tuvo la idea de buscar un huésped entre los estudiantes de Rykjavik… ¡vía mailing! Las respuestas positivas fueron tan numerosas y la experiencia tan enriquecedora que cambió para siempre su forma de viajar… pero también la nuestra: el fenómeno Couchsurfing acababa de nacer.
Casey Fenton
El principio es sencillo: poner en contacto a viajeros y gente del país de destino que quieran ofrecer a los primeros, de forma gratuita, hospedaje en su sofá. La red de Fenton (http://www.couchsurfing.org/) no es pionera en la materia. Ya en 1949 Bob Luitelier, con Servas Open Doors, había puesto en marcha una iniciativa parecida, idea después adaptada a la web 2.0 por los alemanes de Hospitality Club. Pero el elemento diferenciador que hizo todo el éxito de Couchsurfing es consecuencia directa de la estancia de Fenton en Islandia.
“Imagina que haya una manera divertida, segura y fácil de encontrar a gente alrededor de todo el mundo. […] Has hecho profundas amistades a través de diferentes culturas y ahora tienes la sensación de que podrías ir a cualquier lugar del planeta y encontrar amigos. ¿Cómo afectaría a tu forma de ver la humanidad?”
Las relaciones que se van construyendo son el pilar fundamental del couchsurfing. No se trata solamente de prestar su sofá a un desconocido sino de compartir e intercambiar con él. Por esta razón, el huésped, verdadero embajador de su país o ciudad, te adentrará en su cultura y te guiará en tus visitas turísticas. “A cambio, debes integrarte en la vida y el entorno, la comunidad de tu anfitrión. Es decir ayudar en las tareas doméstica, hacer la cocina o lo que sea”, especifica claramente una de las cláusulas del servicio. Y esta importancia otorgada al factor humano se ve también reflejada en los perfiles en los que las características “técnicas” del alojamiento ofrecido o buscado casi ni aparecen. Se destaca lo personal: gustos, filosofía de vida, intereses… Couchsurfing ofrece los mismos servicios que cualquier red social (sistema de amigos, mensajes privados, grupos…) pero se centra en lo emocional. En las solicitudes de alojamiento, por ejemplo, los motivos del viaje ocupan el primer plano.
Casa de los 40 (Couchsurfing) Recife, Brasil (castellano)
La apuesta de Fenton ha sido todo un éxito: en menos de 10 años de existencia, los más de 2.700.000 viajeros que han pasado por couchsurfing.org muestran un nivel de satisfacción que roza el 99,8%. La seguridad es otra de las clave del proyecto que, desde su creación, sólo ha conocido un incidente grave. Ésa pasa por tres funcionalidades:
Posibilidad de averiguar la identidad y la ciudad de residencia del huésped a través de la comprobación de tarjeta de crédito que se realiza mediante una donación a la plataforma (su única vía de financiación)
Encuesta de satisfacción en la que participan las dos partes al finalizar todas las estancias
Sistema “vouch”: una persona puede declararse garante del buen comportamiento de otra
Si eres de los que tanpoco quieren gastar en desplazamientos, ya puedes agregar www.shareling.es entre tus páginas favoritas. El lema de esta plataforma, creada por RSB Media, realza sus objetivos de promocionar una nueva forma de viajar más económica y ecológica: “compartir transporte = más verde, menos gastos”. Inspirada en los sistemas de viajes compartidos en coche tradicionales, se configura en verdadero espacio de autostop virtual. No hay límites: puedes introducir las coordenadas de cualquier lugar, que esté situado en las afueras de tu ciudad o en otro continente.
El sistema de búsqueda se parece bastante a los calculadores de itinerario de Viamichelin o Mappy. No necesitas estar registrado para saber si el destino que te interesa está o no disponible (es decir si un conductor busca acompañantes para este recorrido). Si es así, el paso siguiente consiste en pactar las condiciones (gasolina, peaje, punto de encuentro…) con tu nuevo compañero de viaje. En el caso contrario, sólo tienes que enviar una solicitud y tu anuncio se colgará en este tablón virtual.
Pero la verdadera revolución en materia de web- autostop viene de Alemania y más concretamente del Instituto de investigación Fraunhofer Fokus que está desarrollando un ingenioso sistema llamado OpenRide, capaz de facilitar el autostop en tiempo real. Esta innovación tecnológica conecta a viajeros y conductores, reduciendo gastos y emisiones, al tiempo que fomenta la confianza y la reputación entre quienes utilizan el servicio. Herramientas así pueden inspirar también a negocios interesados en mejorar su imagen y confianza en el entorno digital, ya sea adoptando tips para mejorar tu reputación online en Madrid, aprendiendo más sobre reputación online para empresas en Barcelona, aplicando consejos para la reputación en línea en Valencia o siguiendo consejos prácticos para empresas en Bilbao.
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